jueves, 29 de noviembre de 2007

Él es...


Él es el refugio en el cual albergo mi espíritu cansado.
Él es la estrella de la mañana que ilumina mis senderos.
Él es la fuente inagotable del caudal que sacia mi alma.
Él es el que camino que anhela calzar mis huellas.
Él es lo más hermoso, lo eterno de lo infinito.

Él es el verbo de la Palabra hecha hombre.
Él es majestad, perfección, poder, amor, santidad.
Él es perdón, misericordia, plenitud, libertad.
Él es el perpetuo anhelo de mi corazón.
Él es mi más grande deseo, mi único anhelo.


Él es el Rey del universo.
Él es el dueño de todo lo creado.

Él es mi roca, mi fortaleza, mi verdad, mi razón y mi fe.
Él es mi vida, mi muerte, mi renacer y mi resurrección.
Él es mi meta, mi corona, mi aire, mi mover.

Él es cada uno de mis pensamientos, cada uno de mis sueños.

Él es el Salvador que vino por mi alma.
Él es el santo cordero de Dios, el sacrificio perfecto.
Él es mi sumo sacerdote, mi cortina rasgada.
Él es mi espada, mi escudo y mi redención.


Él es… El es más que ser…
Él es el todo, el es el único.
Él es el más, el soberano.
Él es mi espera, mi llama, mi comenzar…
Él es … Jesús ...






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Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.