lunes, 22 de octubre de 2007

Me he enamorado...

Me he enamorado del amor… del amor real, del amor verdadero, del que nunca pasará, del que hoy es mi dueño. Me he enamorado de aquel que para robar mi corazón tan sólo le bastó una mirada, me he enamorado de aquel que ha tomado los acordes de mi vida para regalarme cada mañana una canción de amor, una canción de su amor.
Me he enamorado locamente del amor, del amor que mi vida ha transformado y del que nunca de mi lado se ha apartado. Aquel que amo es el refugio de mi aflicción, es la mano que me sostiene, es el altar de mi corazón, es mi fortaleza en medio de las pruebas y la corona de mi salvación.
Me he enamorado profundamente del amor, del amor que logra esfumar de mis labios las palabras para dar paso al sublime lenguaje del perfecto amor. He perdido la noción de mi alma en su aliento, ya no es más el aire que respiro el oxígeno de mi ser, es Él, único y suficiente para mantener en vilo la existencia de mi vivir.
Me he enamorado indeciblemente del amor, de éste amor que cómo llama insaciable quema sin consumir mi pecho, me he enamorado de este ardor que embalsama de su nombre cada ínfima partícula de mi cuerpo, me he enamorado del amor que con tiernas dulzuras me hace custodiar tal tesoros cada uno de nuestros íntimos encuentros.
Me he enamorado desenfrenadamente de su olor, de su perfume que destila el más exquisito de los aromas, he gustado de Él, me he enamorado de los besos de sus labios, de sus labios forrados de miel y más suaves que el algodón, me he enamorado de su sola presencia, del verter de su aceite sobre mi cuerpo, de la unción de su ser.
Me he enamorado intensamente de Él, de todo lo que es, de lo que me representa, me alela con el suave y casi imperceptible sonido dulce de su voz, cual pétalo desposado a su piel es para mis oídos su susurro, sus sonidos, sus lenguas apaciguan lo inquieto en mí.
Me he enamorado de Él, su amor es para mi más fino que el mejor de los vinos, la gracia ha sido derramada sobre su cabeza, ha sido lo más hermoso que estos, mis ojos, han podido deslumbrar, ha seducido hondamente cada rincón de lo que soy, es por eso que ahora solo vivo para Él.
Me he enamorado de Él, de su mirada, de su ternura, de su amor, de su compasión, de su entrega, de su verdad, de su pasión, me he enamorado del que pastorea mis sentimientos, del que me cuida con recelo, del que calma mi tempestad, de Aquel Santo que me invita a la orilla de su alma para hacerme descansar.
Ahora solo tengo un anhelo, un anhelo especial que me hace vivir y morir por Él, es el anhelo de habitar en su morada, de custodiar su amor por la eternidad, de verle cara a cara, de perderme en la entrega de su mirada, anhelo poder tocar su rostro, detenerme en cada uno de sus gestos… que mi Amado sea para mí y que yo sea para mi Amado.

No hay comentarios:

Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.