viernes, 11 de marzo de 2011

Necesidad de oración y conversión.


No hay dudas de que en estos momentos debemos pedirle a Dios que tenga misericordia de nuestros hermanos japoneses, así como de todos aquellos que se podrán ver afectados por los tsunamis y terremotos. Ahora bien, debemos de grabar en nuestras mentes, almas, cuerpos y espíritus que orar es una necesidad primera y constante, y que por lo tanto, no tenemos que esperar que algo ande mal para recurrir a la oración. La misma Palabra de Dios nos conmina a orar en todo momento, en todo lugar (Lucas 18, 1-8).

Hoy desperté mucho más temprano de lo acostumbrado. Me imaginé que eran cosas del Señor (pues no tenía nada de sueño) y preguntándole si quería algo de mí, comencé a sentir en mi corazón un llamado a interceder en ese momento por el mundo entero. Minutos después mi hermanito entró a la habitación y me comentó lo que había sucedido en Japón; en ese instante entendí claramente el propósito del Señor.

Ver en la televisión las imágenes de lo acaecido en Japón resultó bastante impactante para mí; el saber que más de 20 países tenían alerta de tsunami, aún más. De repente recordé el pasaje bíblico en donde las olas obedecieron a Jesús y los discípulos que estaban en la barca se preguntaron que quién era aquel (Jesús) que hasta el viento y el mar le obedecen (Mateo 8, 23-27). Sentí paz en mi corazón porque conozco al Dios que sigo y yo sé que en El hay poder. Pero para que éste poder salga de El, es necesaria la combinación de cuatro elementos:

*Humildad

*Oración

*Obediencia

*Conversión

Dice la Palabra de Dios en 2da. de Crónicas 7,14, lo siguiente:

"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."

Evidentemente Dios quiere oír, quiere perdonar y quiere sanar. Y de la única forma en que esto puede suceder es combinando los cuatro elementos a los cuales me referí, sería entonces:

*Si asumimos de todo corazón una actitud humilde delante de Dios, reconociendo nuestra pequeñez e insuficiencia.
*Si oramos sin cesar.

*Si obedecemos sus preceptos y su voluntad por amor a El.

*Si sufrimos una real y profunda conversión, es decir, si mostramos un cambio de vida centrada en Jesucristo fruto de un encuentro personal con El.

Les invito a ver más allá de todo lo que está sucediendo, más allá de la catástrofe, más allá del dolor… DIOS ESTA HABLANDO! Dios está demostrando su inmenso amor por cada uno de nosotros, y saben por qué? porque todas estas cosas que están sucediendo son oportunidades que Dios nos está brindando para que nuestros corazones sufran una REAL conversión y que con nuestras vidas a los pies de Jesús podamos dar testimonio de que El está vivo y que quiere y puede darnos una vida nueva y eterna.

Todo esto ocurre con un propósito, tenemos que despertar. Si de verdad deseáramos que Dios nos escuchase, hablaríamos con El; si de verdad quisiéramos que perdone nuestros pecados, no estuviésemos prestos a pecar; si de verdad quisiéramos que sane nuestra tierra, la cuidaríamos! Invocar el Nombre de Jesús y no obedecerle, ni buscarle, ni orar, es igual a nada! Estamos siendo llamados a la conversión!

A dos días de iniciada la Cuaresma ocurre esto, casualidad? no! es “Diosidencia” La Cuaresma, mis hermanos, es tiempo de conversión, de regeneración espiritual, de gracia. Que todos estos sucesos nos lleven a vivir una Cuaresma a los pies de la Cruz de Cristo!

No olvidemos hermanos o más bien recordemos, que todo lo que está sucediendo es bíblico, estamos viviendo en los últimos tiempos (Leer Mateo 24); No digo esto para crear alarma, más bien lo digo para crear conciencia de que nosotros necesitamos de Dios! Necesitamos humillarnos en su presencia, reconocer que no somos Dioses! que simplemente somos criaturas necesitadas del amor y de la misericordia de su Creador.

URGE hablar de Jesús, dar testimonio de El, predicar el Evangelio a tiempo y a destiempo, dar amor, suministrar ayuda, impartir misericordia, brindar solidaridad… nos apremia SER CRISTIANOS!


“Tanto amó Dios al mundo que mandó a su Hijo único para que quien crea en El no muera, sino tenga vida eterna.” Juan 3,16.

2 comentarios:

Gina Holguín dijo...

Excelente meditación y exhortación, querida Mayrelin. Dios siga aumentando ese don de la predicación en ti.

Bendiciones!

Selene Mota dijo...

Gracias tía querida!! Que así sea. Bendiciones para ti! :)

Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.