miércoles, 4 de marzo de 2009

Poema en honora a la mujer perfecta.


Proverbios 31, 10-31.

Una mujer de carácter, ¿dónde hallarla?
Es mucho más preciosa que una perla.
Sabe su esposo de de ella puede fiarse:
con ella saldrá siempre ganando.
Le reporta felicidad, sin altibajos,
durante todo los días de su vida.
Ella se ha conseguido lana y lino
porque trabaja con manos hacendosas.
Como los barcos de los comerciantes,
hace que su pan venga de lejos.
Se levanta cuando aun es de noche
para dar a comer a los de su casa.
¿Tiene idea de un campo? ya lo compró:
una viña que pagó con su trabajo.
Se pone con ardor a trabajar
porque tiene en sus brazos el vigor.
vio que sus negocios iban bien,
su lámpara no se apagó toda la noche:
sus manos se ocupaban en la rueca,
al uso de sus dedos daban vuelta.
Le tendió la mano al pobre,
la abrió para el indigente.
No le hace temer la nieve por los suyos
porque todos tienen abrigos forrados.
Para ella se hizo cobertores,
y lleva un vestido de lino y púrpura.
Su marido es conocido entre los oficiales,
porque se sienta entre los ancianos del país.
Vende telas que ha teñido,
hasta el comerciante le compra un cinturón.
Va irradiando salud y dignidad,
mira con optimismo el porvenir.
Lo que dice es siempre muy juicioso,
tiene el arte de transmitir la piedad.
Atenta a las actividades de su mundo,
no es de aquellas que comen sin trabajo.
Sus hijos quisieron felicitarla,
su marido es el primero en alabarla:
“¡Las mujeres valientes son incontables,
pero tú ha todas has superado!”
¡El encanto es engañoso, la belleza pasa pronto,
lo admirable en una dama es la sabiduría!
Reconózcanle el trabajo de sus manos:
un público homenaje merecen sus obras.

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Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.