miércoles, 28 de enero de 2009

Pan de Vida.


Que dulce es estar en tu presencia, venir a tu encuentro. No sé cómo he podido dejar de visitarte. Pareciera como que no logro entender que sin ti no puedo vivir. Necesito más de ti. Ayúdame a transformarme en tu amor, a dejarme seducir por tu misericordia.

Gracias amado mío por traerme hasta aquí, hasta tu casa, a tu lugar santísimo. Cuando estoy en tu presencia todo a mi alrededor deja de existir, se desvanece, mi corazón se llena de ti, mi razón se nubla y finalmente descanso a tus pies.

Veo el Sagrario que te guarda… mi cuerpo entero quiere traspasarlo para quedar preso de él… para estar dentro de ti. Cuan bendito ese Sagrario es!! Ángeles le custodian!!

No necesito hablar, tú nada me exiges. Vengo a estar contigo, a que tú estés conmigo, a acompañarte, a que tú me acompañes… vengo a descansar, a mirarte mientras tú me miras, a enamorarme más de ti. Que dulce eres Pan de Vida, que hermoso eres! Aún no he abierto mi boca y tú estás alejando de mí el cansancio, el mal sentir.

Gracias Amado mío por quedarte conmigo, con nosotros, con los tuyos, con tu pueblo… Gracias por dejarte adorar a través de un pequeño pedazo de pan… a través de tu esencia, de tu humildad. Así, como una pequeña fracción de pan… así te nos has querido ofrendar. Creo en la Eucaristía, en el Pan y en el Vino, yo sé que tú estás ahí.

No hay comentarios:

Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.