miércoles, 21 de enero de 2009

Lo que contesté.

Cuando aun formaba parte del ministerio de danza del grupo de oración Rebaño Joven (Barro en sus Manos) todas las chicas decidimos inscribirnos en la escuela de danza cristiana Marcando tus Pasos de nuestra querida hermana en Cristo Johanna Rijo, allí nos enseñaban nuevos pasos, sus significados, técnicas... siempre haciendo ahínco en que las danzarinas antes de ser danzarinas debemos ser adoradoras. En ese entonces yo era nueva en la fe, tenía muy poco de haberme encontrado cara a cara con Jesús.

En una ocasión la profe Johanna puso una tarea (recuerden que es una escuela!!!); la misma consistía en responder por escrito esta sencilla pregunta: ¿Soy realmente una ADORADORA?

Aquí los dejo con lo que contesté:

Pienso que soy una adoradora en crecimiento. Debo dejarme llevar por el Santo Espíritu de Dios para que Él me siga llevando a su presencia a través de Jesús.

La adoración debe, mas que ser un complemento, ser mi vida en ofrenda para el Señor.

Debo seguir creciendo como tal, y sé que el Señor seguirá, en su inmenso y eterno amor y misericordia, ayudándome a crecer en Él en espíritu y en verdad. Paso a paso me desarrollaré más en la adoración pues entiendo que todo es paulatino.

Escribí esto:

Se que me ansías, me esperas y me recibes con amor, se que te agrada mi humano corazón,pero no bastan las palabras, con mi vida te quiero adorar.

Tú me llamaste por mi nombre, me alcanzaste con tu hermosa luz, basta ya de limitadas palabras, me entrego a ti en adoración.

Hoy quiero darme a ti por completo, hoy quiero darte mas que mi corazón quiero honrarte y glorificarte, entregarte mi espíritu y todo mi amor.

Quiero rendirme a tu corazón, rendirme ante tus pies y darte lo que soy, quiero serle fiel a tu eterno amor y revestirme de tu Espíritu en adoración.

Anhelo que lo mas profundo de mi adoración se descubra ante ti en amor y se sacie del candor de tu presencia entregándote en humildad lo que soy.

Quiero siempre estar en tu presencia sentir tu santa unción, humillarme a tus pies y buscar el refugio de tu eterno perdón.

Quiero adorarte en esencia y en verdad, mi alma solo a ti entregar, ser tuya por siempre amado mio y de tu corazón mis ojos nunca apartar.

No hay comentarios:

Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.