lunes, 8 de septiembre de 2008

Inspirado en el Salmo 62.


Este poema lo escribí luego de leer el Salmo 62. Es increíble la grandeza de nuestro Padre y el ardor en su corazón de cuidarnos, protegernos y hacernos justicia en todo momento. Confiemos nuestras vidas a Dios pues sólo Él es nuestro refugio.

Morada de descanso para mi alma eres Tú.
¿De quién me viene la salvación sino de ti, Alfarero?

Tú eres mi roca, mi fortaleza,
mi corazón junto a ti no habrá de temer.

Alma mía detente, no busques más en lo vano,
en el placer de mentir.

Elévate hacia su amor,
pues sólo en Él encontraras el verdadero descanso.

Él es tu roca y tu salvador.
En Él tienes seguridad.

Ábrete corazón delante de Él
y refúgiate sin reservas en los mares de su amor.

Él ya ha hablado; Él es la fuerza
y suya es la gracia.

¿A donde buscaré mi descanso sino en ti,
Alfarero?

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Bendición.

"Que el Señor te bendiga y te proteja... Que Él te mire con amor y te conceda la paz." Números 6, 24-26.